domingo, 22 de febrero de 2015

Eres canto de verano: Poesía.


ERES Canto de verano
Raúl Pérez Hernández
Tú no eres de ti, canto de verano
Tú eres del mundo, polvo cósmico
Tú eres de SOL y de MÍ

Tu  SER teñido de nostalgia Azul violeta
Tú como el mar y el cielo
Te amo rtajan palabras viejas

Tu Música de presagio abierto lluvioso
Te moja de bálsamo tu plena piel de pasión
Eterna de lo cotídíano.

  espero…



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Para morir juntos

Te habito y te desgarro
memoria viva, carne dolorosa
síntesis de voces lejanas

Puerto abierto a todas las Marías
puerto de deseos naufragados
tormentas sin sentido

Abordo tu espacio vacío
 lleno con mi voz líquida
tu grito silencioso


Para morir juntos…

Miguel Asturias: Señor presidente.

Apariencia angelical:
Una mirada a la novela Señor Presidente, de Miguel Asturias


Raúl Pérez Hernández

El ángel es un ser puramente espiritual, es un espíritu dotado de un cuerpo etéreo, aéreo;
pero sólo puede tomar del hombre la apariencia. El ángel es intermediario entre Dios y el mundo, es el alter ego del Señor, sin embargo cuando el ángel deja aparte la voluntad del todopoderoso, se transforma en el elemento más perseguido por el gran omnipotente. La presencia mítica del ángel, se encuentra con toda su fuerza en la novela El Señor Presidente, de Miguel Ángel Asturias, escritor guatemalteco nacido en 1899, quien en París, estudió derecho y religiones antiguas y en 1967 fue dotado con el Premio Nobel de literatura, Asturias murió en 1974. En este comentario, mostraremos la presencia del ángel tal como arriba lo mencionamos. En esta novela, que es una denuncia a la impunidad y la corrupción, además  de las atrocidades de la dictadura como forma de gobierno, no priva el sentido ideológico al estético y hace de la crítica política un motivo de esteticidad en la narración de su historia.

En El Señor Presidente, Asturias hace una referencia metafórica a la relación entre el personaje principal, Miguel Cara de Ángel y el presidente de la república, su jefe, el gran dictador, y la yuxtapone con la que, en los textos litúrgicos, se le atribuye a Dios con los ángeles. Sin embargo esta relación se presenta invertida a la bíblica. Luzbel pasó de ángel a demonio cuando dejó la voluntad de Dios. “Miguel Cara de Ángel, el hombre de toda la confianza del Presidente, entró de sobremesa.- ¡Mil excusas, Señor Presidente!-dijo al asomarse a la puerta del comedor. (Era bello y malo como Satán).” (Asturias, 1988:78) Miguel Cara de Ángel, posee la dualidad de ángel y demonio y es, su metamorfosis, el eje de tención de la obra.

Miguel Cara de Ángel dejó de poseer la buena voluntad del dictador cuando conoce el amor. “Los latines de la absolución, la precipitada fuga del Demonio y los pasos del Ángel que, como una luz, se acercaba de nuevo a Camila con las alas blancas y calientes, sacaron al favorito de su cólera contra los transeúntes, de su odio infantil, teñido de ternura, y le hicieron concebir –la gracia llega por ocultos caminos- el propósito de salvar a un hombre que estaba en gravísimo peligro de muerte. Dios, en cambio, tal vez le daba la vida de Camila, lo que según la ciencia, ya era imposible.” (Asturias, 1988: 239) En este pasaje del capítulo XXV, se pone de manifiesto esta transformación del personaje principal que transita del mal al bien y que por tal motivo se convierte en oposición a su jefe, el dictador.

La presencia del ángel como un símbolo que en esta novela el autor presenta como mediador del Señor, crea e instaura un sentido axiológico y deja ver la oposición; bueno/ malo, en un ámbito de significación invertida y pervertida que emerge a través de él y se agota en él y que por ello lo encarna. Y así es en  nuestra sociedad, el amor está prohibido, si alguien asume el amor, como la solidaridad y la justicia entre los hombres, es perseguido y aniquilado, tal como lo anuncia Asturias.

Así el hombre se encuentra solo y desamparado, “No es extraño, así que la sociedad persiga con el mismo encono al amor y a la poesía, su testimonio, y los arroje a la clandestinidad, a las afueras, al mundo turbio y confuso de lo prohibido, lo ridículo y lo anormal. Y tampoco es extraño que amor y poesía estallen en formas extrañas y puras: un escándalo, un crimen, un poema.” (Paz, 2002: 347). La novela del dictador ha representado un género en el que la literatura Hispanoamericana ha sido un medio de denuncia, en ella, el arte se manifiesta como un canal ideológico que pone de manifiesto la mezquindad y la miseria humana, sus debilidades y sus vicios que empequeñecen al hombre como tal. La poesía en El Señor Presidente, aparece como un fenómeno de la libertad. Hace la libertad, porque contribuye y en mucho al conocimiento de lo criminal de las dictaduras en el sur de América.


Bibliografía:
ASTURIAS, Miguel Ángel. (1988), El Señor Presidente. Losada. México
PAZ, Octavio. (2002), El laberinto de la soledad. Cátedra. Madrid.




sábado, 21 de febrero de 2015

Poesía negrista

La síncopa palesiana
Raúl Pérez Hernández

 La poesía de Palés es de los de abajo, de los de afuera, de lo que en el subconsciente occidental colectivo simbólicamente se identifica con lo negro. Luis Palés Matos, Puerto Rico (1898-1959), figura lírica de nuestro continente mestizo, autor entre otras obras, de Tuntún de pasa y grifería (1937) escritor que narra en su poesía una sociedad que gime y sufre, pero también canta, baila y ríe. Poesía que no recrea solo la idiosincrasia puertorriqueña, sino la de toda la región caribeña. Proyecta lo africano de América y lo europeo en lo antillano. En Palés las letras son españolas y el espíritu negro. En este comentario crítico intentaremos mostrar un caso representativo en donde la oposición negro-blanco funciona en el nivel fonético en el poema Danza negra, ubicado en la primera parte de Tuntún de pasa y grifería y cómo esta oposición se manifiestan en el ritmo y musicalidad de la obra en general, elemento primordial en la literatura palesiana.
            La poesía de Palés Matos se presenta como la antípoda del modelo literario de la tradición  burguesa occidental, ya que esta última concibe una axiología que ubica en sus tres categorías, una unidad positiva y otra negativa, es decir; en lo estético, lógico y ético, se ubica la trinidad positiva de bueno-bello-verdadero, mientras que por otra, la triada negativa, feo-falso-malo, así se forman las oposiciones: bello-feo, verdadero-falso y bueno–malo. En este orden de ideas, es inevitable pensar la poesía palesiana en la triada negativa, pues su eje de tensión estética está marcado por lo negro, color que se opone a lo blanco, formando un campo semántico matizado por lo simbólicamente negativo desde la óptica de la tradición. Motivo que Palés aprovecha en la ironización al revertir esta óptica respecto a los valores.
          La oposición de lo negro en los versos de Tuntún de pasa y grifería se focaliza en la otredad que Palés recoge de la cultura de la que él forma  parte, señalando también al negro que como el pequeño burgués, aspira alcanzar la oposición de su condición. Tuntún de pasa y grifería está organizada en una dialéctica de  tres tiempos; Tronco, Rama y Flor. En la primera parte, –Tronco-, se encuentra el poema, Danza negra de gran riqueza musical, ya que magistralmente en el nivel fonético, desarrolla un tema musical, que en la técnica de la composición musical es la base y unidad melódica y rítmica y se forma de dos periodos cada uno de ocho compases. Veinte son los versos de Danza Negra, los primeros cuatro son idénticos a los últimos cuatro, en total cuatro sextetos y dieciséis endecasílabos agudos distribuidos en tres estrofas.
En este poema los gongos africanos suenan, se escuchan, se sienten. En los ritmos presenta un tresillo seguido de un par de corcheas, sincopando el ritmo, anunciando la oposición ternario vs. binario, -trisílaba-bisílaba/bisílaba-trisílaba-, además de comenzar con anacrusa, es decir en tiempo débil, terminado en fuerte (sílaba aguda), enriqueciendo el contratiempo con la inversión rítmica, una especie de retruécano rítmico, típico de la música negra. “Calabó y bambú/ bambú y calabó/”. (Palés, 1999: 95) esta figura musical, motivo rítmico, es recurrente en  la obra de Palés. En la estructura de su obra literaria está la negación, la protesta, la inconformidad con el estado de cosas, el contratiempo es un código innegable y bastante claro del lenguaje creado por nuestro autor.
A ello podemos añadir que el contratiempo rítmico en forma de síncopa en la cultura afroantillana es una manifestación de la contra cultura que impregna esta literatura negra y  que además triunfa sobre la blanca ya que hasta la fecha la música negra ha aportado al mundo ese motivo musical que es la base rítmica para la creación de infinidad de ritmos en todo el mundo, iniciando en los Estados Unidos de Norte América con el Jazz. Otro elemento, la cultura negra dentro de la ironía que la caracteriza arremete hasta la fecha, pues todos cantamos y bailamos al son que los negros tocan.
DANZA NECRA
Calabó y bambú.
Bambú y calabó.
El Gran Cocoroco dice: tu-cu-tú.
La Gran Cocoroca dice: to-co-tó.
Es el sol de hierro que arde en Tombuctú.
Es la danza negra de Femando Póo.
El cerdo en el fango gruñe: pru-pru-prú.
 El sapo en la charca sueña: cro-cro-cró.
 Calabó y bambú. Bambú y calabó.

Rompen los junjunes en furiosa ú.
Los gongos trepidan con profunda ó.
Es la raza negra que ondulando va
 en el ritmo gordo del mariyandá.
 Llegan los botucos a la fiesta ya.
 Danza que te danza la negra se da.
 Calabó y bambú.
 Bambú y calabó.
 El Gran Cocoroco dice: tu-cu-tú.
 La Gran Cocoroca dice: to-co-tó.

Pasan tierras rojas, islas de betún:
Haití, Martinica, Congo, Camerún;
 las papiamentosas antillas del ron
 y las patualesas islas del volcán,
que en el grave son
del canto se dan.

 Calabó y bambú.
 Es la danza negra de Fernando póo.
 Bambú y calabó.
 Es el sol de hierro que arde en Tombuctú.
 El alma africana que vibrando está
en el ritmo gordo del mariyandá.

Calabó y bambú.
Bambú y calabó.
 El Cran Cocoroco dice: tu-cu-tú.
La Gran Cocoroca dice: to-co-tó


Bibliografía: PALES, Matos Luis. (1999), Tuntún de pasa y grifería, Universidad de Puerto Rico, Puerto Rico (colección puertorriqueña,4)

            
El ÁNGEL CAÍDO

Raúl Pérez Hernández


Vicente Huidobro, poeta chileno (1893-1948), plasmó su visión teórica sobre la estética  poética en su manifiesto, Non Serviam, mismo que dio a conocer en el Ateneo de Santiago de Chile, en 1914. Su movimiento poético  se desarrolla a partir de la contradicción,  escuela conocida como el Creacionismo. Altazor, título que lleva su obra cumbre, publicada por primera vez en 1931 en Barcelona, es un poemario de largo aliento y se inscribe en la literatura de la vanguardia latinoamericana. En Altazor lo cinético, como algo absoluto y vivo, que cambia constantemente sus elementos, es el principio para la creación y a la vez rompimiento de paradigmas, jugando en un eje trinitario, Huidobro teje poesía, filosofía y religión  judeocristiana, proponiendo la creación de un nuevo lenguaje en la poesía, recreando a la vez al hombre, identidad y  palabra.

            Altazor, comienza donde comienza el tiempo, con la creación del mundo. Como en la Génesis de las escrituras sagradas y finaliza donde lo hace el tiempo, con el Apocalipsis, así en Altazor se narra la historia de la humanidad en ese lapso, puesto  en un prefacio seguido de siete  cantos. Su discurso bíblico es directo, no lo esconde, empezando desde el título, Altazor, /alto+azul→cielo/,  contundentemente inicia su primera línea versal diciendo, “Nací a los treinta y tres años, el día de la muerte de Cristo” (Huidobro, 2004:25), la metáfora contiene un simbolismo religioso e involucra la oposición /vida vs. muerte/, [yo naci y Cristo muere, yo sustituyo a Cristo].

            Así, Huidobro pone en claro su idealismo religioso cristiano en Altazor, teniendo como principio absoluto el movimiento continuo que desarrolla a partir de la contradicción, entre su visión y el statu quo. Más adelante, continua el discurso de  movimiento y cambio, vida y muerte. “Una tarde, cogí mi paracaídas y dije: ´Entre una estrella y dos golondrinas.’ He aquí la muerte que se acerca como la tierra al globo que cae (…) Y ahora mi paracaídas cae de sueño en sueño por los espacios de la muerte” (Huidobro, 2004: 26). Esta caída, no es otra cosa que la caída de Adán y Eva al cometer el pecado original, caída que tiene que ver con la mortalidad del hombre al ser castigado por YAVÉ. Pues en el Jardín del  Edén, no se conocía la muerte, como tampoco el bien y el mal, el pecado, la culpa y el castigo generados por un ángel que llega del cielo y provoca la ira del creador.

            En el discurso bíblico al analizar el mito del Génesis surge entre otras una pregunta, ¿Qué significa que la muerte hizo su ingreso al mundo con la caída del hombre?, tal como Huidobro en una imagen modernista al caer de un paracaídas y llega con la muerte. Al respecto nos dice Frye, “la muerte adviene con la caída del hombre porque así se racionaliza el sentimiento primitivo de que la muerte, el hecho más natural e inevitable, es sin embargo sobrenatural, y que cuando morimos algo o alguien debe ser responsable.” (Frye,2001:133), de esta manera podemos hacer una primera conclusión; la negación de servir a la naturaleza de Vicente Huidobro  puesto de manifiesto en Non Serviam, se hace presente al idealizar –desnaturalizar- la muerte con los patrones mentales judeocristiano y por otra parte entreteje aquí, elementos filosóficos, estéticos y religiosos. Es la constante en Altazor, mitos religiosos con postulados metafísicos puestos con una nueva poética.

            Huidobro reconstruye el mundo, deconstruyendo el discurso bíblico, reinaugura como poeta creador la relación del hombre con su medio, inventa una nueva escritura y sus articulaciones semánticas. En el terreno filosófico retoma así de la dialéctica idealista, la categoría universal y permanente, la contradicción, la negación que genera un proceso espiral de desarrollo constante, concibiéndolo como lo único absoluto pero también deífico. Huidobro canta en Altazor así “/Sacudiré la nada con blasfemias y gritos/, /Hasta que caiga un rayo de castigo ansiado/, /Trayendo a mis tinieblas el clima del paraíso/”. La isotopía de partículas sacras, la palabra y la muerte-creación son el eje que tensa la obra de Vicente Huidobro. Las imágenes que proyecta su poética nos lleva a un mundo nuevo, invitando a transformar la realidad de la nada a una realidad del todo, de la mano del Ángel caído sugiere  que lo acompañen.

Bibliografía

FRYE, Nortrhrop. (2001). El Gran Código. Gedisa. Barcelona.
HUIDOBRO, Vicente. (2004) Altazor. CONACULTA. México.



Esta página es un espacio para el encuentro con la palabra. Entendida como el instrumento insustituible para la reflexión y la herramienta más apropiada para la auto-narración, para aprender sobre sí mismo y sobre el mundo, y compartirla con los otros. Porque  escribir confiere el poder de crecer como personas y de influir en el mundo. También compartimos la idea con otros, de que los significados de las palabras varían de una persona a otra y de un contexto a otro. Además, que los sentidos de las palabras están en las mentes de las personas, y no en los signos de los textos.